La infertilidad secundaria se produce cuando una mujer no puede volver a quedarse embarazada. Los expertos calculan que afecta a alrededor del 15% de las parejas.
Su tratamiento es difícil y puede requerir tratamiento farmacológico, cirugía o métodos de reproducción asistida como la inseminación o la fecundación in vitro.
Infertilidad secundaria: ¿qué significa?
Muchas personas opinan que las parejas que ya tienen un hijo no pueden verse afectadas por la infertilidad. Esto es un error, porque tener descendencia no garantiza en la práctica que la infertilidad no sea una amenaza. Existe un fenómeno conocido como infertilidad secundaria.
La infertilidad secundaria se produce cuando ambos miembros de la pareja son incapaces de volver a quedarse embarazados.
Este problema afecta aproximadamente al 20% de las parejas que se someten a un tratamiento de infertilidad.
Si no se produce la concepción tras seis meses de relaciones sexuales regulares, a pesar de haber tenido ya un hijo, es aconsejable consultar a un médico. Por razones biológicas, aplazar esta decisión perjudica a la pareja.
¿Cuáles son las causas de la infertilidad secundaria?
En la mayoría de los casos, la infertilidad secundaria en una mujer está causada por los mismos factores responsables de la infertilidad primaria, es decir, obstrucción de las trompas de Falopio, endometriosis, trastornos de la ovulación u operaciones anteriores en los órganos reproductores.
Los problemas de salud experimentados durante un embarazo o parto anterior, en particular las afecciones inflamatorias de diversa índole, también revisten gran importancia. Sin embargo, se estima que el principal motivo de infertilidad secundaria es la edad.
En las mujeres, las probabilidades de quedarse embarazada disminuyen a partir de los 30 años. En ese momento, disminuye la cantidad y la calidad de los óvulos presentes. Muy a menudo, la infertilidad secundaria está relacionada con abortos recurrentes.
En el caso de los hombres, la fertilidad se ve afectada negativamente por lesiones o afecciones inflamatorias pasadas. Todo tipo de anomalías espermáticas derivadas del sedentarismo, el sobrecalentamiento de los testículos o un estilo de vida poco saludable también contribuyen a la infertilidad secundaria. Además, la calidad del semen también disminuye con la edad en los hombres.
A veces, la infertilidad secundaria está causada por enfermedades que pocas personas asocian con la reproducción humana. Sin embargo, tienen un gran impacto en ella.
Entre ellas se encuentran las enfermedades renales, la obesidad, la hipertensión, la diabetes, así como las enfermedades hepáticas y tiroideas. Su presencia también afecta en gran medida a la fertilidad.
Detección de la infertilidad secundaria
Lamentablemente, en Polonia aún no se ha realizado el cribado de la infertilidad conyugal ni de la infertilidad secundaria. Sin embargo, los expertos opinan que este problema afecta hasta a un millón de parejas en edad reproductiva, es decir, entre el 18% y el 20%.
Es probable que cada vez más parejas tengan problemas de infertilidad secundaria, pero no todas lo comunican a su médico. Mientras tanto, en la mayoría de los casos, un tratamiento adecuado puede dar resultados positivos. Esto se debe a que la infertilidad secundaria puede tratarse con éxito.
El diagnóstico de la infertilidad secundaria incluye pruebas hormonales, infecciosas, ecográficas o genéticas exhaustivas. El objetivo es descartar posibles trastornos hormonales, endometriosis, infecciones, enfermedades crónicas o daños en los órganos reproductores.
En los hombres, se realiza un análisis del semen para determinar la calidad y el recuento de espermatozoides, así como pruebas genéticas y hormonales. Sobre esta base, el médico puede determinar la mejor vía de tratamiento posible.
La terapia puede consistir en medicación hormonal, cirugía o el uso de métodos de reproducción asistida como la inseminación o la fecundación in vitro.
Infertilidad secundaria tratamiento natural
En la práctica, ya seis meses de esfuerzos infructuosos por volver a quedarse embarazada deberían incitar a la pareja a acudir a una clínica para someterse a las pruebas diagnósticas adecuadas. Además, deben realizarlas tanto la mujer como el hombre.
Aunque una persona tenga un resultado que confirme la infertilidad, merece la pena comprobar la salud de la otra. Es en la fase de diagnóstico cuando se puede encontrar eficazmente la causa de la infertilidad secundaria. Sobre esta base se dan los siguientes pasos.
A veces, un cambio en el estilo de vida -una dieta adecuada, menos estrés y actividad física- es todo lo que se necesita para conseguir el embarazo deseado. También merece la pena buscar la ayuda de un psicólogo.
Esto es especialmente cierto para las parejas frustradas por las constantes preguntas de familiares y amigos: «¿cuándo llegará el próximo bebé?
El tratamiento en este caso depende de cuál sea la causa de la infertilidad. La tarea del médico consiste en elegir una línea de actuación adecuada para curar la inflamación genital, regular el equilibrio hormonal o reducir el impacto de las enfermedades sistémicas en la fertilidad.
Si es necesario, se ordena una terapia antibiótica, por ejemplo. A veces, el tratamiento puede ser largo y con múltiples vías, por lo que se requiere paciencia.